lunes, 21 de diciembre de 2015

San Fernando

De acuerdo que, a veces, me escondo en mi alcoba,
releo viejas cartas y me olvido de todo,
aquello que hice y que tengo que hacer,
ingenuos fantasmas me advierten muy blandos
de ciertos peligros tan próximos ahora:

dos antiguas rencillas que debo calmar,
tres tristes desprecios que suenan a rancios
y dos  gestos que hice de forma mordaz
o al menos tú dices que fueron  así.

¡Qué triste destino la vida doméstica,
lavar la vajilla, sembrar nuestras almas,
torcer pronto el gesto, hilar con más gana
historias pasadas, antiguas y vanas !

…Y ahora me encuentro muy plácidamente
Sentado en la cama, mirando hacia el mar
Tan lejos de aquí,
 nostalgia de olas, de viento y de sal.

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