miércoles, 27 de enero de 2010

Pequeña singladura ( En Sanlúcar)

Recuerdo que una tarde, en el viejo espigón,
entramos en la mar
a través de las aguas cada vez más rojizas.

En la anchura de abajo,
pensamos, ciertamente, si era aquello la mar;
si aquel frágil esquife,
construido hace tiempo,
sostendría tantas penas en las aguas profundas.

Y allí fuimos nerviosos,
bajo un cielo imposible,
donde sueñan, a veces,los mejores marinos.

Cuando el mar se expandió
y un azul algo brusco descubrió lo lejano,
informamos al guía
del regreso a lo llano, a lo blanco de cal.

Ser endeble requiere, muchas veces, tristeza
o un valor inventado donde existe
el arrojo.

Fui alejando la vista,
lejanía irremediable,
del vaivén de las olas, de los ojos del guía.

Y una especie de miedo recorrió mi piel dura.
¡Qué difícil, entonces, admitir el temor!

No son olas que duermen, ni lejanas bellezas
lo que ocultan las aguas, allá lejos,
sino grandes tritones que asemejan, en el suave crepúsculo,
un adios de imposibles,una cierta añoranza
de la tierra baldía.

Ahora en la madurez

Ahora en la madurez casi nada tiene sentido,
sientes un ligero susurro como un grito,
desgustas una vianda de forma cansina.

Y lo mejor de todo es que es verdad.
La solución es la madurez
en el silencio.


Pero, la madurez tiene un precio;
no hay nada que ya puedas hacer,
ni nada que te dé una oportunidad.

Ciertamente no puedes decir en serio
casi nada.
Tampoco queda nada de ese amor.
No puedes hacer piruetas en el alma,
porque se ha vuelto insensible
ante los deseos.

martes, 26 de enero de 2010

CLARA USÓN : CORAZÓN DE NAPALM" ( Premio Biblioteca Breve 2009)

Consulto ese día las novedades que hemos adquirido en nuestra biblioteca de centro. Veo: "Corazón de napalm". Digo: Qué título más pretencioso, qué imagen más rebuscada ( sí, el corazón explota a veces, como siempre lo hace- desgraciadamente- el napalm- para eso dicen que lo fabrican).

Mi amiga y compañera Juana ( después de pedirle su consejo ), me dice que me interne en sus páginas. Su criterio me es fiable.
Y, ahora, un martes cualquiera de cualquier semana termino de leerla. Fácil es su lectura; digerible su prosa; su trama clásica...

Fede es un chico adolescente, hijo de una pareja atípica ( El Chino y Carmen ) que acabará separándose ( cuestión hoy típica). Es atormentado, desidioso y arrojado. En la nueva casa que comparte con su padre y su madrasta ( El Chino y Natalia) no se encuentra y decide marcharse...Aquí me detengo.

Marta, por su parte, es una chica de clase media, pintora, soñadora y, en el fondo, fuertemente cohibida por una moral católica de la que no logra desprenderse. Juega en su juventud a unos dados que no son otros que la suplantación. Le gusta lo apócrifo, lo falso: unas veces por interés y otras por narcisismo. Su historia es bien compleja...

Y ¿qué sucede? Pues...algo esperable. Las vidas de ambos se entrecruzan, como podrían entrecruzarse las dos almas más opuestas. Y es, a partir de entonces, cuando la trama, el argumento y el asunto de nuestra novela se hace interesante. El relato de sus vidas, vistas de manera independiente, apenas puede asemejarse a la historia de personajes que ya hemos visto en anteriores narraciones. Pero, el cruce de las mismas, hace explotar ese corazón que se anuncia en el título. Y la novela comienza a coger ritmo, a entusiasmar, a interesarnos su intriga y argumento... Hasta llegar al final. Un final que, bajo mi modesta opinión, es el que le da valor a nuestro libro.

Como decían de Lola Flores en su primera actuación en Nueva York (" No canta, no baila, pero no dejen de venir a verla", aproximadamente), lo mismo acontece en " Corazón de Napalm. Novela que parece que hemos leído en repetidas ocasiones ( desamor, drogas, celos, egoismo, altruismo, soledad, orgullo...; sin embargo, su final la convierte en una historia que merece la pena leer. Sin ser maestra, es decorosa y bien construida. Desde mi punto de vista, hay mucho Marsé y mucho Mendoza escondido entrelíneas.
Había mucha gente en aquel tiempo
que no me conocía,
y escucharon la versión del ajeno.

Hubo, hace mucho tiempo, gente
que no me conocía
y se desparramaba como lenguas de labio.

Mientras perseguía a los viejos centauros
de la flor de pasión,
me escondí suavemente en la línea paralela,
reflejé la vieja historia
de allá lejos.

Y me devolvieron ciertas cartas de amor,
imágenes invisibles de caras sin reflejo,
una auténtica pasión de caramelo,
una vieja canción que fue éxito
en el cielo desierto del viejo blues.

Dulces labios decían " I need you";
se lamentaban de su tierna incapacidad,
aumentaban mi deseo de ser distinto,
indiferente a los demás,
distinto a los arreglos de producción.

Y no caí en la desazón porque recordaba
a los que no habían caído en la batalla,
a los que iluminaron sus días sin sufrir
a la mitad del daño, del desatino ya olvidado.

Cormac MacCarthy : " La carretera"

Cuando he leído " La carretera", pensaba en grandes autos americanos. La grandes autopistas que atraviesan un pais tan enorme- de sur a norte, de norte a sur; de este a oeste, de oeste a este- no pueden reflejar la dulzura que pone de manifiesto esta novela. Novela que, por otra parte, es novelilla. Eso sí, en su extensión.
Se muestra repetitiva en sus inicios, al igual que en el final.Mas se encuentra a sí misma en la trama: simple como una novela de amor paternal, de amor filial; de descubrimiento de un mundo que el joven nunca espera, ni conoce...

¡Ay! el conocimiento tan degradado en este mundo lleno de ambrosías modernas, de amargos deseos deseados, de luces de colores que se reafirman ante la locuacidad de alguien, ante el terrible destino de un quehacer que se pierde en lontananza, en los pies de los padres. En el factotum...

Los dos son prisioneros de un mundo sin futuro, desolado, inhabitable. Pero la esperanza no se deja embaucar. Y en cada línea discontinua de la carretera esperan un milagro. Cuando se hace contínua,se desaniman. Es la propia obra vital de un Miguel Ángel, de un Newton.

Sin embargo, en su continuo fluir a través de la línea, logran sobrevivir sin viandas.¡Hay tan gran sabor en lo que no se tiene! Ni en lo que se detiene. Se pueden mostrar desesperados, animosos, locuaces.

El momento infantil es sólo un intento de despojarse de la mugre que hoy cubre el mundo. La madurez, se muestra atrevida en un horizonte en el que nunca más amanecerá. Y en el intento de llevar más allá de lo imposible una vida que tiene fin, todo será acabar prisionero de la primera calle que te encuentres.

Una auténtica dulzura,no por la trama( lógicamente), sino por la relación paterno-filial en un mundo sin esperanza. Leedla; si no es así, no sabréis qué es la carretera.

martes, 12 de enero de 2010

La vida es un destino para la guerra y la paz

Cuando Arturo Pérez Reverte y su definición incondicional de los litigios en los que las balas silbaban, creyó descubrir los sinsabores de la guerra, pensé: sólo quedan vencidos, invencibles y ganadores.

Él fue, como Vasili Groosman, un concejal de guerra. No me rectifiquéis. Un corresponsal de guerra. Siempre es un error identificar a la gente.

Veo, en cualesquiera de los suplementos literarios, que se comparan tres obras que se distancian en el año de edición, en la editorial, en el traductor( menos la de Arturo), en el resultado del asunto, en la intención...

Y creó-sin ser categórico- que habría que diferenciar a las tres obras por ser distintas en grosor, en modo y en estilo.

La del nuevo académico es una obra en conjunto que no forma unidad. Sobran palabras.

Las dos unidades distintas ( " Guerra y paz" y " Vida y destino") sólo se parecen en que las dos hablan de la guerra.

A partir de aquí que cada lector identifique a cada una de ellas.

La una es admirable dibujo de personajes grandiosos en la altura y la desfachatez de sus complementarios que , por osadía o inconsciencia, quieren alcanzar la cumbre. Dar la respuesta de quién consigue lo que quiere sería destrozar la lectura en i-book o en línea. Bezujov es un buen hombre y... rico. El príncipe Alexéi ( o como se escriba) es un héroe derrotado. Alejandro- ceo que el primero- es una estantigua que se emociona cuando piensa que sus hijos sufrirán una derrota que nunca llegará. No hay patriotismo en sus quehaceres. Rostov es un enamorado de nada. Y Helena una enamorada de todo. Con estos ingredientes se elabora una novela de mucha páginas.

No sé quién ha intentado igualar esta novela- de reseña inconclusa- con la de Grossman. Bueno...

Este hombre es un judío ideológico que introduce multitud de personajes en su crónica del asedio por parte de los alemanes ( nazis) de San Petersburgo. Es, meramente, un corresponsal de guerra como Reverte. Los iguala el hecho de haber estado en el riesgo de la batalla( algo arriesgado), lo cual acojona, mas no da objetividad al mensaje. En Grossman sufren los hijos de la guerra, como en Tosltoi.
Los judíos no pueden pasar desapercibidos.

¿ Cuál es, pues, la diferencia?.

En una mueren de verdad; en la otra también mueren, pero literariamente. En una sueñan de verdad; en la otra, sueñan de verdad. Desgraciadamente para las mentes simples, rechazar a los judíos como sufridores del hecho de vivir, es un holocausto ideológico.

Grossman es sincero en sus crónicas. Tósltoi sería un pequeño burgués. Uno murió en una estación de tren asediada por el frío, por la desidia de ser rico, por la angustia de vivir... El otro, no sé si ha muerto. Si así es, que la Stasi lo tenga en su santa gloria.

De Quevedo y sus hazañas. del capitán Alatriste y sus espadas, sólo me queda un regusto a heces que corrían por el centro de las calles cuando los bandidos intentaban robar en la media noche a los que fantasmas se creían.

Mientras tanto, Lope, lograba enamorar en su vejez, a mujeres que hoy serían rechazadas por imposibles. Y él, en la cárcel, donde corresponde a una vida tan desatinada y fuera de la ortodoxia de los ritos.

sábado, 2 de enero de 2010

Hoy es invierno, y llueve...
He visto tantos coches en la noche:
grises, azules, sin jóvenes, sin gente.

Las luces que de frente incordiaban
eran luego antiguos luceros amigos.

Hoy es invierno y alguien anda cerca
del borde de la carretera.

El mismo ritmo que nos aguantaba
se ha vuelto excesivo.

¿Habrá siempre un límite
para el que no pudo?

¿Tendremos que pensar en los hombres
que se se han perdido en las calles
de lujosas tiendas?

Al final, paseamos con viejas capas
del siglo tercero;
aumentamos las ganas de ser el hígado
de un viejo amigo.
Publicado por José Mª en 14:44 0 comentarios
Etiquetas: poesía
En esta navidad está el Guadalquivir
dejando guardar a mi imaginación.
Está, aquí en Sanlúcar, también desbordado,
arrastrando sillas y viejos enseres de los pobres.

Esta tarde por Jesús María he visto
sólo la Universitas, los pocos violines
envueltos en comidilla, sin sonido,
sin el alma de los ricos viajando
lejos de la tormenta.

El Guadajoz estaba igual,
igual que las grandes mujeres,
absorbiendo los lados del cauce
y olvidando los besos inútiles
de inútiles hombres...


Y la lluvia cae tan lentamente
como la nieve en el Sur,
tan joven como quien apaga la luz,
donde no hay imposibles,
donde se alegran del odio, de tus besos,
de tus abrazos,
del momento en el que convenzo a mis amigos.