sábado, 24 de marzo de 2012

El tren

Tengo un cierto desdén al tren,
un antiguo desprecio a las paralelas:
una inesperada belleza se insinúo una vez al aire
que suavemente entraba por la ventana
del rudo y frío departamento, y se marchó.

Y yo, llorando como un niño,
vagué por aquellos estrechos pasillos
que presumían ante el hormigón
de los postes que pasaban rápidos,
y se enajenaban de un dolor simple.

De todas formas, no fui nunca rencoroso.
Subí a los trenes antiguos, a los viejos
los miraba con recelo,sin despreciarlos,
con cierto recato, eso sí.

Pero, los veía como entradas de un túnel
ignoto, muy negro, sin intenciones...

Sin embargo, el mar me enseñó el aire
de ese otoño que ese año era así,
dejaba asfalto de esperanza a las increíbles olas,
a los que esperaban un ocaso imposible.

jueves, 22 de marzo de 2012

jueves 22 de marzo de 2012

La mujer importante

Después ya no fuimos más que hombres abiertos
a la barra que soporta veinte biceps adustos,
ignorantes que hablan más allá de lo cierto,
o visionan más veces una doble figura
que asemeja a una fémina de importante ternura.

No comprenden que, siempre, el amor es muy serio
en los sitios más sórdidos;
que no insistan en lo justo de lo que es admirable,
que no alumbren por siempre desengaños inútiles
y que escuchen a diario al que oye muy lejos.

Lo importante, si es justo, no comprende razones,
ni sitúa su misterio ante mentes ajenas
que adolecen del pan de los falsos misterios.

Por lo tanto tú ya entonces no respires más alto,
inocula el veneno que a los torpes imprima
una vez la sonrisa, la otra vez de lo mismo,
y todos juntos hagamos una fiesta imposible.