Se desvanecen los viejos dioses…
y nosotros acosamos a
las costumbres,
a las rutinas
del hombre, a la desidia
de los deseos inusitados,
a la ausencia de una
esperanza incuestionable.
Y así…se despiertan en mí pensamientos nimios,
insignificantes e inútiles
sobre la fugacidad de lo terreno,
sobre la inminencia de la muerte...