Está la tarde
incomprensible de cara a la soberbia,
Me ha hecho
frente;
He intentado
darle corazón y ha huido
Riéndose de
mí, sin conmiseración.
Y en este
lugar apartado y lleno de olvidos,
He observado
cómo la gente camina
Y deja el eco
de sus pisadas sin detalle ,
En el que los
hombres se debilitan,
se apartan de la dirección de lo útil.
No sé cómo lo
supe,
Mas los
hombres que reparten ese don
Han huido
rápida y solemnemente
Y han dejado
un rastro de un lugar ya visitado,
Ya
acontecido…
Ayer embarqué
en un soliloquio de odio
Y volví a la
ruta sin pensar en mis viajes
En los que la
realidad se hacía fugaz,
Solo intuida
por confusión humana,
Sin mapa ni
obstáculo que impida
Viajar al
estúpido y tópico norte.
Y el círculo
se encontró a sí mismo,
dejó de girar con el viento a favor
y volvió a la
ruta de la vida,
en la que ios
objetos y las paredes
son lugares
opacos y sin destino.
Y…todos soñamos esa tarde
Dejando caer una lágrima de olvido….
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