jueves, 2 de junio de 2011

El payaso

Ahora, en este justo momento,
sin cambiar los tiempos ni la idea,
me auguran un futuro
donde no hay nada escrito ni visto.

He admitido la sombra del payaso
que paso a paso ve a mi corazón
en el centro de la pista inquieto.

He tenido que reir con la cara sucia
para los espectadores;
inimaginables rictus bocales de rosa
escondían las ganas de irse de la pista.

El elefante con su trompa,
el viejo hipopótamo,
pusieron de manifiesto mi incuria.

Ese tipo de rojo de la entrada
ha visto mi segunda capa derretirse
y me ha entregado una entrada que sobraba
para hacer feliz a tu corazón.

No hay comentarios: