( A mi mujer)
¿ Y si pienso acercarme a lo que huye,
o rescatar una simple desidia desatada
que olvidé hace tiempo en las alforjas?
Si no escapara la luz tan de repente,
acatara yo tu orden sin rechazo,
no tendría negativa a tu demanda.
Acercaría yo mi rostro impunemente,
dispuesto a recibir directamente el castigo
que merezco hace ya tiempo.
Te dejé, bien es verdad, siempre muy a solas
royendo en tus entrañas viejas quejas
que, ahora, sólo intento olvidar sin penitencia.
Te dejé, bien es verdad , en muchas horas
que deseo recuperar sin mucho aprieto,
esperando que olvides sin rencor
mis continuos y añejos desaciertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario