viernes, 1 de abril de 2016

Olores de la infancia (1)

Sirvo el pan de hogaza después de que el horno,
Inconsciente, haya calentado la casa,
Haya abierto bocas juveniles que desprenden
Un hálito de hartazgo de su mundo.

Los hombres, junto al fuego, impasibles,
Contaban historias de antes de la verdad,
Del ahora que se desvanece con el calor
De este pan casero que anuncia novedades.

Los olores son los mismos de la infancia,
A servidumbre y a desasosiego de la calle ,
A vecinas que cubren su rostro mirando
De reojo la miseria de los últimos rayos.

Algunos, atrevidos, se atrevieron a soñar
Con el olor a anís, el de las casetas
de los húngaros que con un oso venían
a sorprender a los niños sucios.

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