viernes, 11 de mayo de 2012


En Panamá

Es demasiado fuerte el azul para estar amaneciendo
tan lejos de casa, en Panamá, donde rudos hombres
me enseñan sus triceps llenos de oscuras manchas
moradas de dorado azul que es una señal de estibador.

Siguen entrando barcos a la dársena con proas estériles,
con imágenes de hombres que, en la borda, asoman sonrisas,
imágenes inciertas de tríptico, de marinero.

Y atraviesas un canal en lo justo,
ves al viejo barco rozar con el hormigón
que tanto tiempo lleva ahí.

Y preguntas ¿capitán, cuánto a estribor,
será demasiado a babor, que ya veo que roza
con las almas americanas?

Joven, sólo se trata de la paga de un gran pago,
de unos ideales que la empresa aporta a estos vagos.

Yo, como grumete, miro viendo solo estibadores
que, nerviosamente, no pueden errar en la medida,
ni siquiera mirar aún más lejos de los bloques
que separan el Atlántico del Pacífico .

No hay comentarios: