viernes, 19 de junio de 2009

LA NORIA

Pedro, compañero de fatigas en la docencia deja- mas a su pesar- esta insigne profesión que es denigrada hasta por los mismos organismos que la dirigen: CLAUSTROS, ETCPS,CONSEJOS ESCOLARES... Hoy hemos celebrado una opípara ceremonia-llámese perol- para despedirlo más cerca de nosotros. A mí, como siempre, estos momentos emotivos me incitan a escribir un poema que, aunque para algunos críptico, pretende reflejar lo que he experimentado en ese momento.

¡Hay que ver cómo gira esa Noria!
Siempre en círculos que son simples
almas que se esconden detrás de su estructura.

Era una de las despedidas de los marineros
que no quieren huir de su quehacer: el mar, la tierra.
Todo depende de lo que hayamos transitado.

Cuarenta grados de calor nos acompañaban,
casi como los licores que nos destrozan el alma;
el hígado se marchó con el tiempo del amor.

Es verdad que existen otras sensaciones
en ese momento; que ellos las expliquen.

Sólo un viejo pozo,con una nueva higuera
soñaba frescas noches,
olvidándose de tanto avatar, de tanta explicación.

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