Les hemos dejado entre todos un vaso de agua
y almíbar- para que la noche sea más dulce.
Entretanto...
hemos pensado en soñar en la nieve
cada vez más negra.
Han llegado sonrientes, despabilados,
pero con el rostro sorprendido por la duda,
desconocidos, iconoclastas e incluso agnósticos.
Han paseado por la casa
con miradas encendidas como pasteles,
sin ruido,
extravagantes por momentos...
...Y han descubierto a un grupo de niños
durmiendo...
pensando en reyes y reinas cubiertos de joyas,
seguros, felices de la desgracia, ajenos al hombre y a la leche,
al desamor, a la vida...
¡Reyezuelos...
dejadlos dormir por Navidad !
¡Ah! los ángeles ...
¿Serán así?
Maravillosas máquinas aduladoras,
reales silencios acompañados de violín
o... seres estúpidos que nos ayudan a pecar.
¿Serán seres crueles que adolecen de pan?
¿ Simplemente músicos de una sinfonía inacabada?
¿O... acaso un pobre que pasea con despreocupación?
Cibernética
S.E.A , la máquina devoradora de hombres
está desayunando un amasijo
de tornillos con mohín.
H.B. Talmax se acerca a comprar su cartulario
de hoja fina de estroncio.
El perro de la señora Fox
reclama en el patio su ración de pirita plomo,
rociada de mercurio ¡claro!
Hoy he tenido que largar
a dos pesados robots del C.E.I.I
(Centro Experimental de Investigaciones Interestelares )
No habían sabido descubrir las rimas
de un poema superextracodificado,
metramentalmente escogido.
Sus madres preparaban entonces el almuerzo:
sopa de sulfato sódico
con unos pequeños tropezones de un residuo arcilloso
blando.
Todos regresan a la casa-pensadora en autobús
impulsado por gases extraídos de un metal a punto de desaparecer:
la espinaca.
Ya por la tarde plúmbea,
¡ no podía ser de otras manera!
todos se han divertido con una muñeca reluciente
que el padre de Max creó con la chatarra del barrio cercano.
Mientras, los utilleros del metal plutónico
regresan a sus casa pensadoras.
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