EL
HOMBRE QUE AMABA A LOS PERROS ( O EL DESENGAÑO DEL COMUNISMO)

La novela-más adelante me encargaré de
adentrarme en sus "argumentos"- es una auténtica desilusión, un dulce
desengaño de lo que es y fue el comunismo. Bueno, la novela es mucho más, pero
este es el sentimiento que permanece en mí de manera indeleble una vez leída.
Pero...Sr. reseñista, en los tiempos que corren, ¿ aún creía usted en el
comunismo, todavía soñaba con la "socialización", con la igualdad
justa entre los hombres (sic), con la intención de igualar a las almas
antes de la larga e inevitable marcha...? Iluso. O quizá no haya entendido
nunca la base alimenticia de esta tendencia político-económica y, ahora, por
cándido, me lleve una sorpresa al descubrir que no quedan granjas que
compartir, ni koljoses, ni muros infranqueables que impidieran el paso del
aliento capitalista, ni el sonido grosero de la falsa moneda que nos tiene
actualmente en el fondo de la sima.
En verdad, los acontecimientos que se
narran no guardan un sólo hilo argumental- de ahí lo dicho anteriormente de
los" argumentos". Son tres novelas en una.
Por una parte, un joven-Iván- que aspira a
adentrase en el mundo de la literatura se encuentra con un desconocido paseando
por la playa; un desconocido con cierta apariencia enigmática, pero al que
reconoceremos inmediatamente en la narración, muy a pesar del autor por
intentar crear en torno a este personaje una cierta intriga. Las charlas con
este hombre desconocido, su desaparición de la tierra cubana, el misterio que
envuelve su vida... serán las acciones más destacadas en este primer paso.
Por otra, intercalándose con la trama anterior
y con la que más abajo comentaremos, aparece el segundo argumento del libro: la
historia de Ramón Mercader, el ingenuo, ignorante y desengañado asesino de
Trotski. Sus incursiones en las filas republicanas del ejército español durante
la Guerra Civil, la relación con su madre( Caridad, una mujer a la que hoy no
dudaríamos en incluirla de alguna manera dentro del mundo "friki", a
pesar de su imagen de pasionaria ebria), los avatares en la Rusia stalinista,
sus amores y amoríos interesados... En suma, se desgrana su figura con algunos
datos novelados y otros con cierto toque histórico.
El tercer argumento intercalado es el
destierro y asesinato de Liev Davídovich Bronstein, más conocido por Trotski.Su
paso por Kazajistán, Turquía, Noruega, hasta llegar al país donde dio con sus
huesos en el otro mundo: México. Trotski es presentado como un personaje al que
hay que tenerle lástima, del cual hay que compadecerse. No es un crudo
revolucionario, sino , más bien, un alma en pena que vaga quejumbroso por el mundo
debido a la crueldad de Stalin. La muerte de sus hijos, el fuerte odio a Joseph
Stalin, el amor por su esposa, la amistad con pescadores, con Diego Rivera, el
anhelo de "enderezar" el rumbo de una Unión de Repúblicas Soviéticas
que con el paso de los años se va convirtiendo en una recia
dictadura...conforman los hechos de esta sección.
Ha habido ocasiones en las que he estado a
punto de dejarla en la mesa del escritorio, olvidada como instante indeseable.
Sin embargo, ha sido un acierto continuar su lectura hasta la pequeña reflexión
del autor al final. El lirismo de estas últimas páginas, lo desabrido del
análisis de los acontecimientos narrados, la amargura del intento fallido de un
mundo mejor y los detalles que acompañan a los dos personajes históricos que
juegan en la novela, siempre interesantes y curiosos, me han hecho-una vez más-
no abandonar la nave hasta verla zozobrar.